Sistema Político y Electoral
La definición, el análisis, y, en última instancia, el entendimiento de la vida política a partir de un enfoque sistémico implica la interrelación de los componentes que forman parte de dicho sistema entre sí, así como con otros componentes que se encuentran en el ambiente dentro del cual interactúa dicho sistema; estas relaciones se dan a partir de un proceso de respuestas y retroalimentación constante (Easton, 1969). En este sentido, los sistemas políticos están circunscritos en los límites y los procesos de comunicación entre demandas ciudadanas, respuestas de las autoridades, y la evaluación de los ciudadanos, nuevamente, a esas respuestas (Pasquino, 2004).
Los componentes de un sistema político, por lo tanto, son la autoridad, el régimen, y la comunidad política. La comunidad política es el conglomerado de todas aquellas personas sujetas a las determinaciones de las autoridades, así como los modos de funcionamiento del régimen. El régimen, por su parte, son todas las normas, reglas, y procedimientos que definen la forma en la que funcionan las instituciones y cómo se comportan los miembros de la comunidad política y las autoridades. Finalmente, las autoridades son las personas que detentan los cargos mediante los cuales se definen las determinaciones bajo las cuales deben regirse los miembros de la comunidad política (Pasquino, 2004 con base en Easton, 1969).
¿Qué es una Constitución?
Los regímenes son los componentes más comúnmente atendidos por los estudiosos de la política. En ese sentido, la propuesta de diferenciarlos a partir de sus principios, rendimientos, e instituciones (Norris, 1999) aclara el panorama para la atención en las instituciones políticas por separado y de manera diseccionada de los otros componentes.
Las principales instituciones de un sistema político, entonces, son la forma o sistema de gobierno, diferenciando entre parlamentarismo, presidencialismo, y semi presidencialismo; el tipo de sistema de partidos, donde, a partir de la propuesta de Sartori (2005), la diferencia está en el número de partidos que interactúan y la distancia ideológica entre ellos; la estructura cameral, si tiene una composición de una o dos cámaras y, en el segundo caso, si éstas son simétricas o asimétricas; el tipo de gestión territorial, con la diferencia clásica entre los Estados unitarios y los federales; y, por último, el tipo de sistema electoral.
Si bien el enfoque sistémico no permite una jerarquía entre los componentes, reconociendo que todos los componentes parte del sistema interactúan, y afectan y son afectados por los demás componentes, los sistemas electorales pueden considerarse el momento fundacional del poder político, es decir el espacio y la instancia mediante la cual se define quién o quiénes son las autoridades dentro del sistema político. Es en este sentido que los sistemas electorales ocupan un lugar especial en esta conceptualización.
La definición de los sistemas electorales se diferencia a partir de dos enfoques, el enfoque estrecho o el enfoque amplio. Dentro del enfoque estrecho se tiene, por ejemplo, las nociones que se concentran en el “corazón” de los sistemas electorales, es decir en las reglas, procedimientos, y modos mediante las preferencias electorales, articuladas y manifestadas mediante votos, se transforman en poder político, principalmente bancas, escaños, o curules parlamentarios, pero también cualquier otro tipo de autoridad (Rae, 1971; Nohlen, 1994; Sartori, 1994). Por su parte, el enfoque amplio se concentra en el sistema electoral como todo lo relacionado a la reglamentación en materia electoral (Nohlen, 2007), sin embargo, este proceso más amplio está mejor conceptualizado como gobernanza electoral, es decir la producción de las reglas, su aplicación operativa, y la resolución de controversias del proceso electoral (Escolar, 2010).
Manteniendo claridad entre conceptos, los sistemas electorales, como forma de transformación de votos en escaños, tiene una serie de componentes o subsistemas que diferencian un sistema de otro y permite su análisis. Estos subsistemas son la estructura de nominación, de la estructura del voto, de la estructura de distrito, y de la estructura de fórmula. Cada uno de estos subsistemas contempla en su interior una serie de dimensiones que determinan ciertos tipos y, en conjunto, hacen a un sistema electoral.
La estructura de nominación refiere a la forma en la que se definen las y los candidatos que van a participar del proceso electoral. La primera dimensión de este subsistema es la de la injerencia estatal (o no) dentro del proceso, es decir si el desarrollo de elecciones primarias es obligatorio o si es opcional, así como si, en cualquiera de los dos casos, el Estado se involucra o no, y si el proceso es abierto para toda la ciudadanía o cerrado solamente para las y los militantes. La segunda dimensión es el tipo de listas que se permiten elaborar, es decir si se permiten las fusiones o conjunciones de listas entre fuerzas políticas distintas o no. Cabe aclarar que muchas de las medidas en favor de la participación política de las mujeres se aplican en este subsistema, como, por ejemplo, las cuotas, sean paritarias o de menor porcentaje obligatorio, que trabajan sobre las listas de candidaturas.
La estructura del voto, por su parte, busca responder tres preguntas centrales: ¿a quién se vota?, ¿cuántos sufragios tiene cada votante?, y ¿qué total afectan los votos emitidos? La primera pregunta se enfoca en definir qué cargos se eligen y cómo se combinan dichos cargos, es decir si se vota por el ejecutivo y el legislativo en conjunto, o si se separan ambos niveles. La segunda pregunta se concentra en la cantidad final de votos que tienen los electores, esto está en relación con la primera pregunta, ya que puede haber un sistema en el que los votantes solamente puedan emitir un voto o sistemas en los que pueden emitir tantos votos como cantidad de candidatos se estén eligiendo. Por último, la tercera pregunta busca establecer cómo se combinan los votos, en caso de que sean más de uno, para definir a qué cargo van concretamente.
La estructura de distrito (o circunscripción) es una de las más importantes. Su dimensión de magnitud analiza si se trata de un distrito de un solo cargo (uninominal) o de varios cargos (plurinominal), esta distinción se profundiza más al evidenciar las diferencias entre distritos plurinominales según la cantidad exacta de cargos a elegir con tres tipos generales, los distritos plurinominales de magnitud baja (hasta 5 cargos), los de magnitud media (hasta 10 cargos), y los de magnitud alta (más de 11 cargos). La segunda dimensión se concentra en la cantidad de distritos que tiene un sistema, así como la posición que ocupan. Esto provoca sistemas de distritos primarios (que no pueden dividirse), secundarios, o terciarios, ordenados jerárquicamente o incluso superpuestos geográficamente.
Por último, la estructura de fórmula es la que más atención recibe. Una primera dimensión diferencia según el tipo de fórmula entre una de dos opciones generales, las fórmulas mayoritarias o las fórmulas proporcionales, las últimas a su vez se dividen entre las del tipo de cociente y las del tipo de divisores. Una segunda dimensión es la del umbral, donde se puede observar la presencia de un piso mínimo de votación que los partidos deben cumplir para ser parte del cálculo y la repartición de escaños. Finalmente, dentro de este subsistema está la estructura de alianza (que en realidad podría ser parte de la estructura de nominación y/o de voto). Se busca determinar si se vota por un candidato o una lista y, en el caso de lo segundo, si esa lista es cerrada o abierta, y si es flexible o no, básicamente si los electores pueden modificar o no el orden de las listas con su voto y si es tuición exclusiva de los partidos.
Sistema Electoral Boliviano
Para terminar, es bueno entender, también, el sistema electoral como un “conjunto de leyes y normas partidistas que rigen una competencia electoral entre los partidos y dentro de ellos” (Cox, 2004: 58). Esta definición recuerda que, bajo la lógica sistémica, no solamente el sistema electoral influye en otros componentes del sistema político, sino que es influido por éstos. Esto refleja un problema de endogeneidad al momento de la elaboración de reformas (Escolar, 2010). Los partidos que estén en el poder al momento de la reforma son los que definirán las reglas que van a regir la competencia política y electoral que regula la forma en la que esos mismos partidos (y cualquier otro que desee competir) podrán actuar y, en última instancia, conseguir representación política.
En Resumen
Sistemas Político y Electoral en Bolivia
1825
Convocatoria a elecciones para la Asamblea Deliberante y Constituyente bajo sufragio restringido
1826
Aprobación de la primera Constitución con tres tipos de legisladores: Censores, Senadores, y Tribunos.
1826
Se constiucionaliza la ciudadanía restringida por criterios económicos, de género y alfabiización en español
1831
Primera reforma constitucional. Se eliminan los Censores y se modifica la denominación de Tribunos por Representantes. La edad mínima de elegibilidad de los Senadores sube a 35 años
1839
Tercera reforma constitucional. Reducción de la edad mínima de elegibilidad de Senadores a 30 años
1843
Cuarta reforma constitucional. Se incrementa nuevamente la edad mínima de elegibilidad para Senadores a 35 años.
1851
Quinta reforma constitucional. Se vuelve a reducir a 30 años la edad mínima de elegibilidad para Senadores.
1861
Sexta reforma constitucional. Cambio a sistema unicameral y modificación de la denominación de Representantes a Diputados.
1868
Séptima reforma constitucional. Reinstauración del sistema bicameral con Diputados y Senadores.
1871
Octava reforma constitucional. Retorno a un sistema unicameral con Diputados.
1878
Novena reforma constitucional. Nueva reinstauración del sistema bicameral con Diputados y Senadores.
1938
Se reconocen derechos políticos a mujeres alfabetas con cierto nivel de ingresos económicos
1938
Primeras elecciones municipales con la participación política de las mujeres que cumplían el requisito de ingresos económicos
1951
Ultima elección con sufragio censitario a cargo del Ministerio de Gobierno
1952
Se amplía la ciudadanía con la instauración del sufragio universal
1956
Primera elección con sufragio universal
1956
Elección de 86 miembros del Congreso (68 Diputados y 18 Senadores)
1956
Creación de la Corte Nacional Electoral
1956
Es electa la la primera mujer parlamentaria
1958
Elecciones para la renovación parcial del Congreso
1961
1962
1962
1964
1966
1966
1964-1982
1978
Primeras elecciones nacionales después de gobiernos autoritarios, anuladas por fraude.
1978
1979
1979
1979
1979
1979
1979
1979
1980
Elecciones nacionales tras el “empantanamiento” del Congreso en la elección de presidente
1980
1980
1982
1982
El congreso electo en 1980 ratifica los resultados de los comicios presidenciales y posesionan a Hernán Siles Zuazo como presidente de Bolivia, devolviendo al país el mando civil (retorno de la democracia)
1985
1985
1985
Promulgación del Decreto Supremo 21060 que modificó la estructura de la política económica nacional
1989
1989
1989
1993
Cambio de la fórmula electoral para la elección de la Cámara de Diputados a una fórmula de divisores impares (Saint-Lagüe)
1994
1994
Reforma a la estructura de la Corte Nacional Electoral. Paso de criterios partidarios a criterios de profesionalidad
1997
1997
1997
Cuota mínima del 30% para mujeres en las listas de candidaturas
2004
2004
Cuota mínima del 50% para mujeres en las listas de candidaturas presentadas por Agrupaciones Ciudadanas y Pueblos Indígenas
2005
2009
Décimo octava reforma constitucional. Reducción de la edad mínima de elegibilidad para Diputados y Senadores a 18 años.
2009
2009
2009
Se establecen constitucionalmente siete circunscripciones uninominales especiales para Naciones y pueblos indigenas, originarios , campesinos minoritarios
2010
La Ley de Régimen Electoral establece la paridad y alternancia obligatoria de género en las listas de candidaturas en cargos titulares y suplentes
2011
2014
2016
Referéndum constitucional para la ampliación de la cantidad de reelecciones presidenciales. Gana la opción del “NO”
2017
2019
Referencias:
Cox, Gary (2004). La coordinación estratégica de los sistemas electorales del mundo. Hacer que los votos cuenten. Barcelona: Editorial Gedisa.
Easton, David (1969). Esquema para el análisis político. Buenos Aires: Amorrortu Editores.
Escolar, Marcelo (2010). “La política de la reforma: notas sobre el sistema de partidos y la gobernanza electoral” en La reforma política en Argentina, pp. 51-81. Buenos Aires: Jefatura de Gabinete de Ministros / Poder Ejecutivo Nacional.
Nohlen, Dieter (1994). Sistemas electorales y partidos políticos. México D.F.: Universidad Nacional Autónoma de México y Fondo de Cultura Económica.
Nohlen, Dieter (2007). “Sistemas electorales presidenciales y parlamentarios” en Dieter Nohlen, Daniel Zovatto, Jesús Orozco, y José Thompson (compiladores), Tratado de Derecho Electoral Comparado de América Latina, pp. 294-333. México D.F.: Fondo de Cultura Económica, Instituto Interamericano de Derechos Humanos, Universidad de Heidelberg, International IDEA, Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, Instituto Federal Electoral.
Norris, Pippa (1999). Critical Citizens. Global Support for Democratic Governance. Oxford: Oxford University Press.
Pasquino, Gianfranco (2004). Sistemas políticos comparados. Buenos Aires: Prometeo Libros.
Rae, Douglas (1971). The Political Consequences of Electoral Laws. Londres y New Haven: Yale University Press.
Sartori, Giovanni (1994). Ingeniería constitucional comparada. Una investigación de estructuras, incentivos y resultados. México D. F.: Fondo de Cultura Económica.
Sartori, Giovanni (2005). Partidos y sistemas de partidos. Madrid: Alianza Editorial.
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